Esto es lo más habitual, no obstante, la finalidad de los espejos ha cambiado, ya no solo se busca una función sino que buscamos decorar nuestros espacios de otra manera, colocarlos en lugares estratégicos para decorar y conseguir determinados efectos como la amplitud, la iluminación, la profundidad...
1) Colocar el espejo en un lugar privilegiado del salón,
Por ejemplo la repisa de la chimenea. El espejo gana interés visual y todo lo que él refleja cobra protagonismo.
2) En blanco:
Conseguir más espacio sin ampliar los metros de tu salón es posible colocando estratégicamente un gran espejo. Éste se mimetiza con los muebles, las paredes y la decoración del comedor.
3) El espejo sobre un panel
Fijado sobre un panel, divide o comunica espacios según tu necesidad. Consigue duplicar la superficie del comedor, ya que prolonga el suelo y el techo.
4) Un modelo diferente:
Un modelo diferente, con un marco ancho o circular, focaliza la atención en este ambiente. Un diseño así es irresistible y realza cualquier espacio. Ideal si tienes paredes en casa con poco interés.
5) Espejos por parejas
Crear sensación de orden y armonía. El diseño del espejo puede ser acorde con la decoración o en marcado contraste.
6) Gran formato
Ya sea colgado a lo largo y ancho de una pared o apoyado sobre el suelo, este tipo de espejos siempre otorgan presencia y elegancia a cualquier estancia donde vayan, desde una habitación de matrimonio, hasta el recibidor de casa.
7) Sobre la mesita, cómoda o tocador:
Conseguirás un efecto acogedor con un pequeño espejo sobre alguno de los elementos del dormitorio.
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